lunes, 7 de marzo de 2011


EL CARNAVAL. Su origen En América tienen gran renombre los de Nueva Orgeans, en Estados Unidos; los de Río de Janeiro, Brasil y los Aruba, Antillas Holandesas.


La celebración del Carnaval tiene su origen probable en fiestas paganas; como los que se realizaban en honor a Baco, el Dios del vino, los saturnales y las lupercales romanas, o los que se realizaban en honor del buey Apis en Egipto.

Según algunos historiadores, los orígenes de los fiestas de Carnaval se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de 5,000 años, con celebraciones similares en la época del Imperio Romano, desde donde se difundió la costumbre por Europa, siendo traída a Americe por los navegantes españoles y portugueses que nos colonizaron, a partir del siglo XV.

El Carnaval es una fiesta movible entre los meses de febrero y marzo. El nombre de la palabra viene del latín “carnen-levare”, que significa “quitar la carne”, es por eso que se dice que las fiestas carnestolendas son las fiestas de la carne. Esta celebración es de origen muy antiguo; mucho antes de la era cristiano existe referencia de su celebración en las diferentes culturas europeas.

En Roma se celebraba con el nombre de saturnalia y estaba relacionada con el comienzo de la primavera. Con la instauración del cristianismo en Europa y la imposición de la cuaresma, período que comienza a contarse a partir del Miércoles de Ceniza, la festividad del Carnaval se colocó en los tres días anteriores a esta fecha en los que el pueblo se entregaba a todos los placeres que debía renunciar al iniciarse la cuaresma.

Para la edad media, estas festividades habían alcanzado gran popularidad en Francia, Alemania, España y sobre todo Italia, como el Carnaval de Venecia, que ha mantenido su fama desde la Edad Media hasta nuestros días.
En la actualidad, en Europa son famosos los carnavales de Venecia; Niza, en Francia; Baviera, en Alemania y los de Santa Cruz de Tenerife en las Islas Canarias. En América tienen gran renombre los de Nueva .Orleans, en Estados Unidos; los de Río de Janeiro, Brasil y los de Aruba, Antillas Holandesas.

En Venezuela la tradición llegó junto con la conquista y se practicaba la costumbre de jugar con agua y todo tipo de sustancias como huevos, azulillo, etc. Con la llegada del Obispo Diez Madroñero a Caracas, en el siglo XVIII, los carnavales se convirtieron en tres días de rezos, rosarios y procesiones, por considerar el Obispo que eran fiestas pecaminosas.

Al arribar el intendente José Abalos, volvió nuevamente el carnaval a Caracas, aunque de forma más refinada, celebrándose con comparsas, carrozas, arroz y confites, dejándole a los esclavos y a la plebe los juegos con agua y sustancias nocivas.

Así llegó al siglo XX la tradición en Venezuela con carrozas, disfraces, bailes populares y en salones refinados. A mediados de los años cincuenta y hasta finales de los sesenta, apareció un nuevo elemento: las famosas “negritas”, quienes escondían la identidad en el disfraz para disfrutar sin complejos de la festividad.

En la actualidad, son famosos en Venezuela los Carnavales de El Callao, en el Estado Bolívar, donde la inmigración antillana agregó al Calipso elementos como el cuatro y maracas, y al compás del Ambakaila de la Negra Isidora (ya fallecida) han mantenido la tradición. Y en el Estado Sucre en la ciudad de Carúpano.